Comer como un rey no solo es una máxima en Jordania, sino en todo Oriente Medio.

La sabrosa comida jordana, junto a la legendaria hospitalidad jordana, crean una atmósfera festiva inolvidable cada vez que se sirve una comida.

En Jordania, comer no es solo una función biológica, sino un evento social. La comida representa la comunidad, y ningún pueblo encarna esta tradición como el jordano. El almuerzo se considera “la comida del día”, momento de camaradería con los seres queridos, con los que se comparte amor y mansaf.   

TRADICIÓN GASTRONÓMICA Y HOSPITALIDAD

Normalmente los jordanos utilizan la comida para manifestar su hospitalidad y generosidad. Por naturaleza, el pueblo jordano es muy hospitalario, y en tan solo unos minutos, los visitantes reciben invitaciones a alguna casa local.

Con independencia de los medios que posean, los jordanos le llenarán el estómago con deliciosos platos y el alma con su alegría.

En una invitación jordana, se da por hecho que el invitado no tiene que llevar nada y tiene que comer todo. A esta invitación le sigue la popular frase árabe sahtain wa 'Afiya.

MANSAF

Si visita Jordania, no puede perderse el mansaf. Este plato nacional jordano se sirve con arroz árabe, cordero y una sabrosa salsa de leche agria seca, y simboliza una ocasión festiva. Además, el mansaf se sirve en casos de condolencia y como manera de resolver diferencias con otras personas.

El mansaf es el mayor símbolo de la generosidad jordana. Por lo general, se degusta en reuniones sociales y se sirve en un plato común. Pocas veces se utilizan cubiertos, ya que es un banquete que debe disfrutarse con las manos.  

TOTALMENTE SACIADOS

A la hora de la comida, a los jordanos les encanta que sus invitados se sientan satisfechos con su saciante comida. Aunque no es tan popular como el mansaf, el cordero lechal relleno es toda una experiencia. El cordero asado relleno de arroz, cebolla, y pasas se sirve como una exquisitez que sin duda le dejará el estómago lleno.

DESDE EL SUBSUELO

¿Le apetece comer como un beduino? Entonces no puede perderse el Al-Zarb. Jordania goza de una rica tradición beduina que el turista puede revivir con un delicioso sabor. Al-Zarb es un plato de cordero que se prepara en un hoyo que se cava en la tierra a un metro de profundidad y se tapa con ladrillos para no dejar escapar su auténtico sabor ahumado.

Independientemente de sus preferencias, la cocina jordana satisface todos los paladares.

Consejo: Cuando coma mansaf, utilice el pan y el jameed para coger el arroz y el cordero; si forma una bola compacta de comida en su mano, le resultará mucho más limpio y los jordanos quedarán impresionados por su técnica. Ah sí, e intente utilizar solo una mano.